Por una extraña razón cambie mis pasatiempos, mi vida, mi forma de reír, de llorar y sentir. No creí hacerme cargo de lo que sentía. Hasta que presentí vivirlo con sincera humildad y hacerme cargo de eso que no quería ver y que estuvo siempre ahí. ¿Quizás cubierto por un fantasma? No lo quise ver, pero ahí estuvo... siempre conmigo. Nunca hubo "peros", ni un "no" rotundo y no lo descubrí hasta que pasaron los años...
"No quiero esperar una vida sin darme o darnos cuenta de todo lo que podríamos llegar a hacer juntos"
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